Confirman el punto de entrada del Coronavirus al cuerpo humano

La Enzima Convertidora de Angiotensina  es una proteína trans-membrana la ECA2 que sirve como el principal punto de entrada a las células del coronavirus incluidos HCoV-NL63, SARS-CoV (el virus que causa el SARS), y SARS-CoV -2  (el virus que causa COVID-19).  Symbol report for ACE2

En 1958, el doctor Leonardo Skeggs, Jr. (1918-2002) consiguió explicar el funcionamiento de la enzima convertidora de angiotensina (ECA). Al principio, se subestimó la importancia de esta enzima para la regulación de la presión sanguínea. 14 años después del descubrimiento de la enzima de conversión de la angiotensina (1970), el farmacólogo Sergio H. Ferreira descubrió que el veneno de la jararaca o víbora lanceolada in vitro inhibe esta enzima. Asimismo, con el pentapéptido BPP5a contenido en este veneno de serpiente se aisló uno de los componentes efectivos.

La ACE2 está presente en la mayoría de los órganos: la ACE2 está adherida a la membrana celular de principalmente células alveolares de tipo II del pulmón, enterocitos del intestino delgado, células endoteliales arteriales y venosas y células del músculo liso arterial en la mayoría de los órganos. La expresión del ARNm de ACE2 también se encuentra en la corteza cerebral, el cuerpo estriado, el hipotálamo y el tallo cerebral. La expresión de ACE2 en las neuronas corticales y la glía las hace susceptibles a un ataque de SARS-CoV-2, que fue la posible base de la anosmia y la incidencia de déficits neurológicos observados en COVID-19.

Como la anosmia (pérdida de olfato) y la disgeusia (pérdida de gusto) se observan temprano en muchos pacientes con COVID-19, se sugirió que se considerara una pista anunciadora en COVID-19, [20] que posteriormente fue declarada como "síntomas significativos" en COVID-19 por la Academia Americana. de Otorrinolaringología - Cirugía de cabeza y cuello

Este proceso de entrada también requiere el cebado de la proteína S por la serina proteasa TMPRSS2 del hospedador, cuya inhibición se está investigando actualmente como un potencial terapéutico.  También se ha demostrado que la alteración de la glicosilación de la proteína S afecta significativamente la entrada del virus, lo que indica la importancia de las interacciones glucano-proteína en el proceso.

Esto ha llevado a algunos a plantear la hipótesis de que la disminución de los niveles de ACE2 en las células podría ayudar a combatir la infección. Por otro lado, se ha demostrado que la ECA2 tiene un efecto protector contra la lesión pulmonar inducida por virus al aumentar la producción del vasodilatador angiotensina 1-7.  Además, según estudios realizados en ratones, la interacción de la proteína de pico del coronavirus con ACE2 induce una caída en los niveles de ACE2 en las células a través de la internalización y degradación de la proteína y, por lo tanto, puede contribuir al daño pulmonar.

Se ha demostrado en estudios con roedores que tanto los inhibidores de la ECA como los bloqueadores de los receptores de la angiotensina II (ARA) que se usan para tratar la hipertensión arterial regulan al alza la expresión de la ECA2, por lo que pueden afectar la gravedad de las infecciones por coronavirus. Una revisión sistemática y un meta análisis publicado el 11 de julio de 2012, encontró que "el uso de inhibidores de la ECA se asoció con una reducción significativa del 34% en el riesgo de neumonía en comparación con los controles". Además, "el riesgo de neumonía también se redujo en los pacientes tratados con inhibidores de la ECA que tenían un mayor riesgo de neumonía, en particular aquellos con accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca.

El uso de inhibidores de la ECA también se asoció con una reducción de la mortalidad relacionada con la neumonía, aunque estos resultados fueron menos sólidos que para el riesgo general de neumonía”. Un estudio de abril de 2020 de pacientes hospitalizados en la provincia de Hubei en China encontró una tasa de muerte del 3,7% para los pacientes hospitalizados que tenían hipertensión y tomaban inhibidores de la ECA o ARA II frente al 9,8% para pacientes hospitalizados con hipertensión que no toman tales medicamentos, lo que sugiere que los medicamentos no son dañinos y pueden ayudar contra el coronavirus.

A pesar de la falta de evidencia concluyente, algunos han abogado y otros han abogado por el cese del tratamiento con inhibidores de la ECA o ARB en pacientes con COVID-19 con hipertensión. Sin embargo, varias sociedades profesionales y organismos reguladores han recomendado la continuación del tratamiento estándar con inhibidores de la ECA y ARB.

Un estudio in vitro centrado en las primeras etapas de la infección encontró que la ECA2 soluble recombinante humana de grado clínico (hrsACE2) redujo la recuperación del SARS-CoV-2 de las células vero en un factor de 1.000 a 5.000. Enlace Informativo


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